Francia ha trazado su camino hacia un futuro libre de carbono al ambiciosamente buscar duplicar su capacidad de energía renovable para el año 2035. Este paso es fundamental para cumplir con su compromiso de neutralidad de carbono para el año 2050.
El Gobierno francés tiene la vista puesta en un horizonte que abarca desde 140 hasta 175 gigavatios de potencia instalada en energía eólica, solar e hidroeléctrica. Esto representa un salto gigantesco desde los 63.5 gigavatios del año pasado. Pero aquí no termina la historia; además de potenciar su infraestructura en energía eólica y solar, Francia está decidida a diversificar su matriz energética, explorando el biogás, los combustibles renovables y sintéticos, el hidrógeno y la captura de carbono.
La decisión de reducir drásticamente la dependencia de Francia de los combustibles fósiles se torna aún más apremiante, dados los recientes embates en los precios del petróleo y el gas tras los sucesos en Ucrania. Las energías renovables representaron un 21% del consumo energético francés el año pasado, y el objetivo es duplicar esta cifra para el cierre de la década, en consonancia con los lineamientos de la Unión Europea. Sin embargo, cumplir con estos objetivos requerirá inversiones significativas tanto del sector público como del privado, así como una labor titánica para ganarse la aprobación local en la construcción de infraestructura renovable, como parques eólicos y granjas solares.
Para acelerar estas inversiones, el gobierno francés ha promulgado legislaciones controvertidas y está ofreciendo incentivos para la construcción de nuevas plantas de fabricación de baterías para vehículos eléctricos, paneles solares y bombas de calor. Además, el país planea otorgar contratos diferenciados y lanzar subastas para proyectos fotovoltaicos y eólicos en tierra, con la meta de alcanzar una capacidad solar de 100 gigavatios para 2035, 15 años antes de lo previsto inicialmente.
En un esfuerzo adicional, el gobierno fortalecerá su apoyo al biometano, apuntando a que represente el 15% del suministro de gas en la red para 2030. Se incrementarán las subvenciones para la producción de calor a partir de fuentes renovables como la madera, bombas de calor y energía geotérmica. Para 2030, se espera que Francia cuente con 6.5 gigavatios de electrolizadores, los cuales serán cruciales para la producción de hidrógeno con bajas emisiones de carbono. Además, se están preparando licitaciones para proyectos de captura de carbono con el fin de ayudar a los grandes fabricantes a reducir sus emisiones.
Para respaldar la creciente demanda de vehículos eléctricos, Francia cuadruplicará el número de puntos de carga públicos para 2030 y aumentará las subvenciones para la renovación de viviendas y edificios. En resumen, estos ambiciosos objetivos en energías renovables subrayan el compromiso de Francia en la lucha contra el cambio climático y en la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Francia ha trazado una hoja de ruta hacia un futuro más limpio y sostenible, demostrando su liderazgo en la causa climática.