En un escalofriante veredicto financiero, el peso argentino ha alcanzado el dudoso honor de ser la segunda moneda más devaluada globalmente al cerrar el año, según un revelador informe de Bloomberg. A pesar de los esfuerzos correctivos del tipo de cambio implementados por Luis Caputo, la moneda nacional se sitúa en esta lamentable posición, compartiendo el podio con la libra libanesa.
Este desplome financiero refleja una devaluación del 77,89%, situando al peso argentino en una situación crítica en comparación con otras monedas del mundo. La libra libanesa, la única moneda que supera la devaluación del peso argentino, registra una caída aún más pronunciada del 89,89%. Este sombrío panorama coloca a la moneda nacional por delante de otras importantes divisas, como la Naira nigeriana (-42,57%), Kwanza Angoleña (-39,05%), Kwuacha Malauiano (-39%), y la Lira Turca (-35,51%), entre otras.
Sin embargo, no todo son malas noticias en el mundo de las finanzas. Entre las monedas que lograron apreciarse este año se destacan el Afgani de Afganistán (27,72%), el peso colombiano (23,22%), el peso mexicano (13,22%), y el Colon Costarricense (12,64%), proporcionando un atisbo de estabilidad en medio de la volatilidad económica global.
Este año, el tipo de cambio oficial argentino experimentó dos sacudidas significativas. La primera ocurrió en agosto, justo después del balotaje, cuando el Banco Central avaló una devaluación del 17,9%, argumentando que era una medida necesaria para desbloquear las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La segunda sacudida fue con la llegada de Javier Milei, que resultó en una devaluación del 54%, llevando el dólar a la sorprendente cifra de $800, niveles considerables en términos reales.
A pesar de estas correcciones, el Banco Central continuó validando un crawling peg del tipo de cambio oficial, manteniendo un ritmo mensualizado del 4,3%. Esta estrategia concluyó el mandato de Alberto Fernández con el dólar cotizando alrededor de los $364. No obstante, esta aparente estabilidad oculta una apreciación del dólar oficial del 9% en términos reales desde las PASO y del 30% durante toda la gestión gubernamental, lo que según Ecolatina, requerirá una corrección inminente en el corto plazo.
Con el mercado anticipando una nueva devaluación a principios de 2024, Equilibra sostiene en un informe semanal que “el BCRA intentará evitar un nuevo salto cambiario en el verano, acelerando el crawling-peg para preservar la competitividad antes de la salida de la cosecha gruesa”. El reto será mantener el equilibrio financiero mientras se enfrentan a las presiones económicas y se busca evitar una mayor depreciación de la moneda.