Clayton Kershaw está de vuelta con los Dodgers para su temporada número 18, en un momento crucial para el equipo angelino que enfrenta una ola de lesiones en su cuerpo de lanzadores. El zurdo, quien se recuperó de cirugías en el pulgar y las rodillas, debutará este domingo contra los Angels en la Freeway Series.
Su retorno no solo representa una esperanza deportiva, sino también un hito en la historia de la franquicia: se unirá a leyendas como Zack Wheat y Bill Russell como uno de los jugadores con más temporadas en los Dodgers desde su mudanza a Los Ángeles en 1958. De hecho, él y Russell son los únicos con 18 campañas desde entonces, lo que lo consolida como el jugador activo más longevo del club.
Kershaw llega en un momento de urgencia, ya que Blake Snell, Tyler Glasnow y Roki Sasaki están fuera por lesión. En su última apertura de rehabilitación lanzó cuatro entradas, permitió dos carreras, dos hits, dos boletos y realizó 57 lanzamientos. “Me sentí bien concentrado en lanzar”, declaró Kershaw. “Las últimas veces que lancé el año pasado, me concentré solo en cuánto me dolía el pie. Ahora me concentro en el siguiente lanzamiento”.
Más allá de las estadísticas, su motivación sigue firme: está a 32 ponches de alcanzar los 3,000 y ya suma 212 victorias en su carrera. Kershaw deja claro que no se retirará por obligación, sino cuando él lo decida. “Quiero contribuir y ayudar al equipo”, afirmó. “No voy a dejar que las circunstancias decidan por mí”.
Con su mentalidad competitiva intacta y el deseo de seguir escribiendo historia, el regreso de Kershaw representa una dosis de liderazgo y experiencia para una rotación que lo necesita más que nunca.
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