Un estudio internacional con más de 100,000 jóvenes advierte que tener un teléfono inteligente antes de los 13 años está vinculado con un mayor riesgo de problemas de salud mental en la adultez temprana.
La investigación, publicada en *Journal of Human Development and Capabilities*, revela que quienes recibieron un dispositivo a los 12 años o menos reportan mayor agresividad, pensamientos suicidas, desapego de la realidad, dificultades en el control emocional y baja autoestima.
Los resultados se relacionan con la exposición temprana a redes sociales, la vulnerabilidad al acoso en línea, el deterioro del sueño y las tensiones familiares.
Especialistas de Sapien Labs, responsables del Global Mind Project, señalaron cuatro áreas clave para reducir riesgos: alfabetización digital obligatoria, supervisión del uso de redes sociales, restricciones de acceso a plataformas y límites por edad para adquirir dispositivos.
“La posesión temprana de un teléfono inteligente está vinculada con un cambio profundo en la salud mental y el bienestar en la adultez temprana”, advirtió la Dra. Tara Thiagarajan, neurocientífica y autora principal del estudio.
Los investigadores detallaron que los adultos jóvenes que obtuvieron su primer teléfono a los 13 años promediaron una puntuación de 30 en el índice MHQ de salud mental, mientras que quienes lo recibieron a los cinco años alcanzaron apenas un punto. La tendencia fue consistente en todas las regiones y culturas analizadas.
Además, se detectó un aumento del 9.5% en síntomas graves entre mujeres y del 7% en hombres. Entre ellas, predominan los problemas de autoestima y resiliencia; en ellos, la falta de estabilidad emocional y empatía.
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