La Guardia Forestal y el Grupo de Medicina de la Conservación de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León (PVSNL), rescataron garzas en situación de conflicto en el Parque El Capitán, en San Pedro.
En el sitio dieron manejo a los ejemplares afectados, que se encontraban en diferentes etapas de desarrollo: algunos en condición de polluelos, y otros en etapa de volantón, es decir, aprendiendo a volar.
La intervención se realizó en la zona de nidificación de estas aves, ubicada muy próxima al Arroyo El Capitán, en un ecosistema con vegetación de pino alepo, especie preferida por estas garzas.
Este parque ha sido históricamente utilizado por estas aves, con varias temporadas de anidación documentadas.
“El sitio, como lugar de anidación, se vio afectado por una poda considerable de las ramas medias y bajas de los árboles previa al arribo de las garzas, lo cual provocó que los polluelos no pudieran volver a subir a los nidos una vez que descendieron al suelo”, explicó Glen Villarreal Zambrano, director de PVSNL.
“Los polluelos utilizan las ramas como una escalera de regreso a su nido. Los temperaturas de calor extremo que experimentamos en días previos pudo ser el factor para que los polluelos y volantones bajaran de las copas y partes altas de los árboles, en donde se encuentran los nidos, a zonas bajas en busca de cobertura vegetal y temperaturas más frescas.
“Esto interrumpió el ciclo de cuidado parental de las garzas, ya que los padres solo alimentan a las crías que permanecen en las copas, asumiendo que las que no regresan han abandonado el nido porque ya pueden valerse por sí mismas”
Ante la acumulación de ejemplares en el suelo y el riesgo de depredación, atropellamiento o desnutrición, se decidió trasladarlos a una Unidad de Manejo Ambiental (UMA).
Bioparque Estrella abrió sus puertas y brindó todas las facilidades para recibir a los ejemplares juveniles y apoyar en esta contingencia ambiental.
En sus instalaciones, las aves recibirán atención nutricional, podrán aprender a forrajear —es decir, a cazar alimento vivo— y fortalecerán sus alas, lo que les permitirá en un futuro cercano volar y alcanzar su independencia.
El proceso de recuperación dependerá de cada ave: para los volantones podría tomar entre una y dos semanas, mientras que los polluelos podrían requerir un poco más de tiempo.