El icónico Lago de Cuitzeo, una vez prístino y majestuoso, ahora enfrenta una amenaza existencial que estremece a la región. A pesar de las lluvias extraordinarias desencadenadas por huracanes recientes, este cuerpo de agua vital no solo ha fallado en su recuperación, sino que se ha encogido a niveles alarmantes. De sus impresionantes 4 mil kilómetros cuadrados, ahora apenas quedan menos de mil 500, con un nivel de agua que no supera el metro de altura.
La devastación se manifiesta cruelmente en la parte occidental del lago, donde el agua ha desaparecido por completo, dejando solo tierra reseca y la triste imagen de brotes de pasto luchando por sobrevivir. Incluso en la parte oriental, cerca de Cuitzeo, la situación es desoladora; lo que alguna vez fue un espejo de agua que superaba el metro de profundidad hace apenas cinco años, ahora se ha evaporado.
La pesca, que alguna vez fue la columna vertebral económica de comunidades como Santa Ana Maya, se ha desvanecido. Donde antes se extraían toneladas de charales y carpas, ahora apenas se captura un puñado de tilapias. La actividad pesquera, que durante décadas fue la vida de estos pueblos, ahora apenas es un eco lejano de tiempos mejores.
LA SEQUÍA ACECHA: PREDICCIONES SOMBRÍAS PARA 2024
Las predicciones para el futuro inmediato son desalentadoras. Se pronostica una sequía severa y la amenaza de tolvaneras para el período de estiaje de 2024, entre marzo y junio. Por primera vez, incluso la parte oriental, anteriormente menos afectada, será presa de las tolvaneras, especialmente en la población de Cuitzeo.
Las razones detrás de esta catástrofe ecológica van más allá del cambio climático. La deforestación desenfrenada y la tala indiscriminada en las zonas boscosas del municipio de Morelia han llevado a la desaparición del lago. Las aguas de las áreas elevadas se deslizan a través del río Grande, llevándose consigo los últimos vestigios de este cuerpo de agua una vez vibrante.
Además, la sobreexplotación de los recursos hídricos para actividades agrícolas en el Valle Morelia-Queréndaro, junto con los asentamientos humanos en las orillas del lago, han agravado la situación. Estudios de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo han confirmado estos factores alarmantes.
La desolación del Lago de Cuitzeo sirve como un sombrío recordatorio de la urgente necesidad de abordar la gestión del agua y conservar nuestros recursos naturales antes de que sea demasiado tarde. La desaparición progresiva de este gigante acuático debería ser un llamado de atención para todos, un llamado a la acción antes de que sea demasiado tarde para salvar este tesoro natural.