Una mujer en Estados Unidos, quien ha vivido con parálisis, ha alcanzado la capacidad de comunicarse mediante un innovador sistema que combina avances en neurociencia con inteligencia artificial. Ann, de 47 años, ahora puede expresar palabras, gestos faciales e incluso sorpresa a través de un avatar digital, el cual interpreta los impulsos generados por un implante cerebral.
Ann sufrió un accidente cerebrovascular cuando tenía 30 años, el cual la dejó con una parálisis severa, perdiendo el control de todos sus músculos y, en un punto, incluso la habilidad de respirar. A pesar de años de fisioterapia, logró recuperar ciertos movimientos faciales como sonreír o llorar, pero aún no había logrado hablar.
El equipo de investigadores de la Universidad de California, encargado del proyecto, ha logrado un hito significativo al sintetizar el habla y las expresiones faciales a partir de señales cerebrales. El avance se basa en un implante con 253 electrodos, colocado en áreas del cerebro asociadas con el habla y el lenguaje. Estos electrodos capturan señales de miles de neuronas.
El momento emocionalmente poderoso llegó cuando Ann, proyectada a través de un avatar en una pantalla, declaró: “Creo que ustedes son increíbles”. Esta fue la primera vez que pudo hablar en 18 años. Durante una cirugía el año pasado, donde le implantaron el chip cerebral, se instaló un puerto en su cabeza. A través de este puerto, se conecta a un cable que transmite señales desde su cerebro a un grupo de computadoras.
Estas computadoras utilizan algoritmos de inteligencia artificial para decodificar las señales cerebrales en palabras. El sistema es capaz de traducir estas señales en texto a una velocidad impresionante de 78 palabras por minuto.
Edward Chang, presidente de cirugía neurológica de la Universidad de California en San Francisco, comentó: “Nuestro objetivo es restaurar una forma de comunicación plena y encarnada, que es la forma más natural para nosotros de hablar con los demás”. Chang ha trabajado en esta interfaz cerebro-computadora durante más de 10 años y espera que este avance pueda eventualmente ser aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. para beneficiar a otros pacientes en el futuro.
Lo notable de este sistema es su rapidez y precisión en comparación con tecnologías anteriores. El dispositivo previo que Ann utilizaba para escribir en una pantalla, con movimientos lentos de su cabeza, le permitía comunicarse a una velocidad de 14 palabras por minuto. El nuevo sistema supera significativamente este ritmo.
Un aspecto clave es que la voz que se escucha es la de Ann. Los investigadores personalizaron la voz del avatar digital utilizando una grabación de su voz en su boda. Ann expresó: “Quiero que los pacientes me vean y sepan que sus vidas no han terminado. Quiero mostrarles que las discapacidades no tienen por qué detenernos ni frenarnos”.
El sistema también es capaz de traducir las señales cerebrales en movimientos faciales del avatar digital. Aunque no basta con solo pensar en algo, la persona debe intentar hablar para que el sistema interprete las señales. El avance ha sido posible gracias a la inspiración de personas como Pancho, un hombre paralítico que colaboró con el equipo de Chang para traducir sus señales cerebrales en texto mientras intentaba hablar.
Este emocionante avance resalta la revolución que la inteligencia artificial está generando en la investigación científica. Diversas instituciones han demostrado resultados impresionantes al aplicar esta tecnología, desde dispositivos que ayudan a caminar a personas con parálisis parcial hasta sistemas capaces de leer ondas cerebrales y traducirlas en imágenes de alta resolución.