Tesla enfrenta una de sus semanas más difíciles en el mercado bursátil: sus acciones cayeron un 16 % tras intensificarse una disputa pública entre su CEO, Elon Musk, y el presidente Donald Trump. La tensión gira en torno al presupuesto federal, que excluye subsidios a vehículos eléctricos, y a amenazas de Trump de cortar contratos gubernamentales con las empresas de Musk.
El presidente firmó una ley de gasto que elimina incentivos fiscales para la compra de autos eléctricos, afectando directamente a Tesla. En respuesta, Musk arremetió en redes sociales y durante un discurso acusó a Trump de haber perdido su apoyo. Trump, por su parte, lo tildó de “loco” y lo acusó de depender de subsidios estatales.
Además, Trump sugirió la posibilidad de cancelar contratos con SpaceX, otra empresa de Musk, que ha recibido más de \$20 mil millones de agencias como la NASA y el Pentágono. Musk respondió con un reto directo: “Adelante, haz mi día”.
Mientras tanto, Tesla no solo enfrenta presión política. Sus ventas en Europa han disminuido, el prometido servicio de robotaxis en Texas aún no se concreta, y la percepción de la marca ha perdido fuerza en mercados clave.
En lo que va del año, Tesla acumula una caída de más del 25 %, pese a un breve repunte en mayo. La disputa con Trump añade incertidumbre sobre el futuro de los contratos federales de SpaceX y la viabilidad del negocio de vehículos eléctricos ante un entorno político cada vez menos favorable.
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